El trompetista David Pastor rindió homenaje al gran Dizzy Gillespie para rememorar el
centenario de su nacimiento. Acompañado por un quinteto excepcional de grandes
jazzmen, Pastor se sumergió por completo en el imaginario de Gillespie para sacar brillo
a la agilidad y agudeza del lenguaje que fue bandera de esta figura de la historia del
jazz.
El carisma y creatividad de este gran creador son fuente de inspiración en un
espectáculo en el que el bebop desfila frenéticamente libre a través de la afilada
trompeta del que es hoy en día uno de los trompetistas más destacados de la escena
europea.